Enfócate en la Obra Terminada de Jesús

En 1942, C.S. Lewis escribió un libro brillante titulado Cartas de un Demonio a su Aprendiz. Él cuenta la historia de un demonio superior que le enseña a un demonio principiante como explorar las debilidades y flaquezas del hombre. En ese mismo sentido, me imagino que Romanos 7:9 es probablemente el versículo más estudiado y memorizado en el infierno. A todos los demonios principiantes se les enseña este versículo; una conferencia de este tema se titularía: "Cómo lograr un avivamiento de pecado". De acuerdo a Pablo, cuando se introduce la ley, ¡habrá un AVIVAMIENTO DEL PECADO! Y eso no es todo. Además de revivir el pecado, la ley también mata y genera muerte. ¿No es impresionante, entonces, que aún hayan ministros con buenas intenciones que predican con firmeza los Diez Mandamientos, pensando que la imposición de la ley hará que el pecado sea eliminado?

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La única manera de salir del círculo vicioso de la derrota es

enfocarte en la obra completa de Jesús.

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De acuerdo con Romanos 3:20, "por medio de la ley es el conocimiento del pecado". En otras palabras, sin la ley, no habría conocimiento del pecado. Por ejemplo, tú puedes conducir a cualquier velocidad que desees en una carretera en la que no hay límite de velocidad y nadie puede acusarte por exceso de velocidad. Pero cuando las autoridades establecen un límite de velocidad a esa misma carretera, pasas a tener el conocimiento, de que si vas por encima de 120 kilómetros por hora en esa carretera, estarás infringiendo la ley.

 

De la misma manera, Pablo dijo: "Porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás" (Romanos 7:7). Y por eso el enemigo siempre derrama acusaciones sobre ti usando la voz de un legalista. Él usa la ley y los mandamientos para mostrar tus errores, para llamar la atención sobre el hecho de cómo tu comportamiento te descalificó para tener comunión con Dios, y para apuntarte constantemente cuán indigno eres de su aceptación, del amor y de las bendiciones del Señor. El enemigo usa la ley para amontonar la condenación sobre ti y para darte un sentimiento de culpa y separación de Dios. Él sabe que cuanto más condenado y culpable te sientas, hay mayor posibilidad de que te sientas alejado de Dios, permaneciendo en ese pecado. La única forma de salir de ese círculo vicioso de derrota es enfocarte en la obra completa de Jesús, que por su muerte en la cruz llevó tu condena y te calificó para recibir la aceptación, el amor y las bendiciones de Dios para siempre.